Hijo de un ingeniero
que realizaba trabajos para las ferroviarias italianas, la primera ambición de
un joven Enzo seria ser cantante de Opera, entre sus varias ambiciones también
estaba el ser escritor deportivo o piloto de carreras, de alguna manera se
podría decir que ciertas ideas no eran algo extraño para cualquier joven
creciendo en Italia.
La primera Guerra
Mundial se interpondría y al finalizar la misma, conseguiría un trabajo de
pruebas para CMN, luego uniéndose a Alfa Romeo para conseguir su sueño detrás
del volante, no obtendría enorme suceso, pero mostraría una cierta capacidad,
al ganar el Circuito de Ravenna en 1923, recibe de parte de los familiares de
Francesco Baracca, el derecho a usar el símbolo del cavallino rampante que
luego haría famoso en el mundo entero.
Sin embargo su
éxito en pista , aunque menor, le demostró que tenía una talento aun mayor para
administrar, organizar y controlar a la gente, como director deportivo de Alfa
Romeo, realizaría esa visión y luego la culminaría con la creación de su propio
equipo, Scuderia Ferrari, en general los términos que le definen no son siempre
halagadores, Enzo, era una persona compleja y sabia jugar con las reglas de
manera excepcional, podía ser autoritativo, comprensivo, dictador, manipulador,
calculador y político, pero también era un líder que inspiraba, ser hasta
paternal, ante todo era un apasionado amante de las carreras, por momentos sus
adorados coches parecían ser más importantes que los pilotos que estaban sobre ellos.
Para Ferrari, si
había una pieza fundamental era un motor y si este era un V12, pues entonces ya
era perfecto, si algo salía mal, siempre
era culpa del piloto o como él lo expresaba, “mis coches ganan las carreras,
los pilotos las pierden”, sin embargo en todo esto y a lo largo del tiempo,
siempre existió una constante, la línea de ingenieros y pilotos que aspiraban a
manejar para Commendatore Ferrari, casi desde sus comienzos, disfruto de un
aura especial, el mito fue creciendo con el tiempo, el mito del hombre detrás
de las gafas oscuras también, el nombre de Ferrari adorna los trofeos de la
formula 1, Le Mans, Targa Florio, la lista de pilotos que pasaron por la
scuderia es una de leyendas, Tazio Nuvolari, Alberto Ascari, Juan Manuel
Fangio, John Surtees, Niki Lauda y la lista podría seguir y seguir hasta llegar
a Nigel Mansell , quien sería el último piloto que el propio Enzo Ferrari firmaría.
Uno de los temas más
recurrentes, cuando se describe a Enzo Ferrari, es su intención de crear
rivalidad entre pilotos, en algunos casos, el propio Ferrari, diría que el fomentar
esa rivalidad, hacía que trabajen más, pero también podía ser comprensivo, tenía
sus predilectos como Tazio Nuvolari a quien consideraba el mejor, se declaraba
como un gran admirador del manejo y disciplina de Peter Collins y Stirling Moss
e incluso se podía tomar el tiempo para saber que todo estaba bien con gente
como Chris Amon, Mike Hawthorn o ocuparse de la salud de Joh Surtees y hablar con
Derek Bell para preguntar si su esposa se encontraba bien, cuando esta
estaba enferma, para Enzo Ferrari, los pilotos ingleses eran más disciplinados,
trabajaban duro y eso le costó criticas de compatriotas que esperaban que la
Scuderia fuera el principal respaldo del talento italiano, Conmmendatore
Ferrari siempre fue distinto, de a momentos genial y paternal, todos obedecían,
le reverenciaban e incluso por momentos le temían, nunca existió un personaje
que ofreciera tantos contrastes y a la vez fuera tan reverenciado en la
historia del deporte motorizado.
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