miércoles, 19 de febrero de 2014

Commendatore Ferrari



Hijo de un ingeniero que realizaba trabajos para las ferroviarias italianas, la primera ambición de un joven Enzo seria ser cantante de Opera, entre sus varias ambiciones también estaba el ser escritor deportivo o piloto de carreras, de alguna manera se podría decir que ciertas ideas no eran algo extraño para cualquier joven creciendo en Italia.

La primera Guerra Mundial se interpondría y al finalizar la misma, conseguiría un trabajo de pruebas para CMN, luego uniéndose a Alfa Romeo para conseguir su sueño detrás del volante, no obtendría enorme suceso, pero mostraría una cierta capacidad, al ganar el Circuito de Ravenna en 1923, recibe de parte de los familiares de Francesco Baracca, el derecho a usar el símbolo del cavallino rampante que luego haría famoso en el mundo entero.

Sin embargo su éxito en pista , aunque menor, le demostró que tenía una talento aun mayor para administrar, organizar y controlar a la gente, como director deportivo de Alfa Romeo, realizaría esa visión y luego la culminaría con la creación de su propio equipo, Scuderia Ferrari, en general los términos que le definen no son siempre halagadores, Enzo, era una persona compleja y sabia jugar con las reglas de manera excepcional, podía ser autoritativo, comprensivo, dictador, manipulador, calculador y político, pero también era un líder que inspiraba, ser hasta paternal, ante todo era un apasionado amante de las carreras, por momentos sus adorados coches parecían ser más importantes que los pilotos que estaban sobre ellos.

Para Ferrari, si había una pieza fundamental era un motor y si este era un V12, pues entonces ya era perfecto,  si algo salía mal, siempre era culpa del piloto o como él lo expresaba, “mis coches ganan las carreras, los pilotos las pierden”, sin embargo en todo esto y a lo largo del tiempo, siempre existió una constante, la línea de ingenieros y pilotos que aspiraban a manejar para Commendatore Ferrari, casi desde sus comienzos, disfruto de un aura especial, el mito fue creciendo con el tiempo, el mito del hombre detrás de las gafas oscuras también, el nombre de Ferrari adorna los trofeos de la formula 1, Le Mans, Targa Florio, la lista de pilotos que pasaron por la scuderia es una de leyendas, Tazio Nuvolari, Alberto Ascari, Juan Manuel Fangio, John Surtees, Niki Lauda y la lista podría seguir y seguir hasta llegar a Nigel Mansell , quien sería el último piloto que el propio Enzo Ferrari firmaría.

Uno de los temas más recurrentes, cuando se describe a Enzo Ferrari, es su intención de crear rivalidad entre pilotos, en algunos casos, el propio Ferrari, diría que el fomentar esa rivalidad, hacía que trabajen más, pero también podía ser comprensivo, tenía sus predilectos como Tazio Nuvolari a quien consideraba el mejor, se declaraba como un gran admirador del manejo y disciplina de Peter Collins y Stirling Moss e incluso se podía tomar el tiempo para saber que todo estaba bien con gente como Chris Amon, Mike Hawthorn o ocuparse de la salud de Joh Surtees  y hablar con  Derek Bell para preguntar si su esposa se encontraba bien, cuando esta estaba enferma, para Enzo Ferrari, los pilotos ingleses eran más disciplinados, trabajaban duro y eso le costó criticas de compatriotas que esperaban que la Scuderia fuera el principal respaldo del talento italiano, Conmmendatore Ferrari siempre fue distinto, de a momentos genial y paternal, todos obedecían, le reverenciaban e incluso por momentos le temían, nunca existió un personaje que ofreciera tantos contrastes y a la vez fuera tan reverenciado en la historia del deporte motorizado.

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