Hasta el
principio de los 60s, las estrellas de Hollywood eran los héroes admirados de fantasías
de las revistas, solo se dejaban ver cuando era necesario y no existía una
demanda por cada detalle, acción o movimiento de estas, como tal, muchas veces
esto les permitía moverse con naturalidad, acercarse a gente, entablar
amistades que realmente significaban algo y no que venían a cambio de un acceso
a estas, no sería hasta que Los Beatles convirtieran el mundo en una locura, en
que todo cambiaria, que se comenzaría el acecho 24 horas al dia y las
persecuciones, los cuatro de Liverpool, fueron los primeros privilegiados en
recibir esa constante persecución y su sentido del humor les hizo no solo ideales para este primer paso en la
exposición permanente sino que también reflejaba de alguna forma, los cambios
culturales y el nuevo mundo de las comunicaciones que avanzaban para explotar
cada figura por medio de la comercialización, los intereses individuales de
muchas de estas estrellas ya tenían los días contados .
El fotógrafo
Barry Feinstein gustaba de las motocicletas y por medio de Bud Ekins, quien
modificaba algunas de las usadas por Steve Mc Queen, logro entablar una
relación especial con el actor, Mc Queen era un hombre simple, de comienzos
humildes y problemáticos, nunca olvidaría sus pasos por entidades juveniles y
generalmente sus demandas en contratos incluían cosas un tanto radicales como
ropa, artículos de aseos común, en cantidades generosas que el propio actor se
encargaba de llevar a los centros donde había pasado parte de su juventud y
donde se pondría en contacto con jóvenes a los que trataría de ayudar con
consejos, la amistad con Feinstein era en varios niveles, pero ante nada y sin
palabra de por medio, McQueen sabía que podía confiar en el fotógrafo y este a
su vez comprendía que debía respetar ciertos espacios, de ahí surgieron viajes
en motos por el desierto y un acceso a los primeros pasos del actor en las
carreras.
Lotus Eleven
Sus primeros eventos serian en un Lotus Eleven y en filmación en Inglaterra adquiría un
Cooper Formula Junior T52 en 1960,
comenzaría a conseguir buenos resultados en SCCA hasta que el estudio de alguna
manera trataría de impedir sus excursiones a las carreras, en 1961 finalizaría
tercero en un evento del British Touring Car
en Brands Hatch, los estudios le dejarían un tanto alejado de carreras más
importantes, pero esto no le impediría sus escapadas a eventos menores y
competencias de Motos en el desierto como Baja 1000, para fines de los 60s ya
con mejor control de su tiempo libre, retornaría a algunos eventos más
importantes y lograría ganar la clase de 3 litros en 1970 de las 12 horas de Sebring,
en un Porsche 908 con Peter Revson, McQueen debió manejar con un yeso en su pie
debido a un accidente de motos, perdería
la victoria total por 23 segundos contra Mario Andretti en una Ferrari de 5
litros, en 1968 había realizado una de las películas más emblemáticas de su
carrera, Bullit, con una persecución de coches que ha sido imitada, copiada en
infinidad de ocasiones y que aumentaría la popularidad del ya popular Mustang.
Cooper T52
Durante el
rodaje, McQueen llamaría a su amigo
fotógrafo para que hiciera fotos personales del rodaje, le instalaría en un
hotel de San Francisco donde pasarían buen tiempo conversando y permitiría que
Feinstein le capturara en momentos alejados del rodaje y hasta durante la
legendaria persecución, luego vendrían otras grandes producciones como Le Mans,
pero Feinstein supo siempre mantener ese trato de confianza de las imágenes que el actor le
permitía tomar en todo momento, para el actor eran momentos, recuerdos que el
debería decidir cuándo compartir y a quien mostrar, lo que no cambiaría por el
resto de su carrera seria el negociar por artículos de uso común en cantidades,
jeans, afeitadoras, toallas y estas llegarían siempre de su mano como forma de
gratitud a aquellos que le ayudaron durante una parte delicada de su juventud, también
le servían de pretexto para ponerse a disposición de quienes quisieran escuchar
sus consejos.
El amor por las
carreras no desapareció pero su aumento en fama le puso en otras prioridades, a
través de todo, de la imagen, de la leyenda, del mito en que se convirtió,
Steve Mc Queen siempre fue una persona simple con un profundo amor por las
maquinas, su sinceridad y humildad siempre le ganaron la amistad y admiración
de aquellos con los que trabajo y conoció en esos proyectos, también el respeto
de pilotos que le conocieron de cerca.
Porsche 908
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