martes, 2 de septiembre de 2014

Monza 1988



La temporada de 1988, fue una que muchos equipos prefieren no recordar, McLaren propulsado por el motor Honda se llevó 15 de las 16 posibles victorias, solamente una Victoria escaparía las garras de Ayrton Senna y Alain Prost, el 59º Gran Premio de Italia en Monza.

Un mes antes del gran premio, la leyenda del deporte motor, Enzo Ferrari había fallecido a sus 90 años, como escrito para una película, sus amados coches rojos, le dieron el último adiós, de una manera única, merecida como solo Enzo Ferrari creería correcto, con un primero y segundo frente al fanático público italiano, frente a los Tifosi, Gerhard Berger lidero a Michele Alboreto y posiblemente no quedo un ojo seco en todo el circuito, fue una ocasión memorable.

Durante la vuelta 34, el motor Honda a la espalda de Alain Prost, registra una rara avería y su compañero, Ayrton Senna tropezaría tratando de sacar una vuelta a Jean-Louis Schlesser en un Williams en la vuelta 49, este era substituto de Nigel Mansell quien estaba enfermo, ese día sea como sea y fuese por la razón que fuese, el destino se encargó de dar una despedida a Il Commendatore.

La muerte de Enzo golpeo fuerte al equipo italiano, acostumbrado a estar bajo la sombra de la leyenda, repentinamente se encuentran sin su protección, sin su liderazgo, el equipo en si como empresa, estaba bien estructurado, para Berger, de cierta forma todo seguía igual, “ a Enzo de alguna manera, le caía bien, almorzamos varias veces, me envió una muy bonita carta cuando termine en el podio de Portugal en 1987”, cuando el equipo comenzaba a contemplar Monza, sabiendo que Enzo ya no estaba con ellos, había emociones, pero motivación de hacer un buen papel, si en algún sitio se le podía rendir un buen homenaje, Monza era el lugar indicado, no que pensaran ganar, pero a su manera de ver, McLaren era intocable, por lo que la mejor opción sería terminar tercero detrás de los coches ingleses y así darle una gran alegría al equipo que venía remando de un mes de tristeza y emociones enfrentadas.

Gerhard Berger tomo nota del abandono de Alain Prost en la vuelta 34, esto significaba que el segundo lugar aún estaba a su alcance, por otro lado, los mensajes que recibía de boxes eran alentadores, estaba alcanzando a Ayrton y la Ferrari aún se sentía fuerte, le estaba alcanzando, llámese fortuna, destino o como se quiera describir, con dos vueltas del final, Ayrton apresuro una situación que no era necesaria, a pesar de que había algún problema de combustible, los mensajes de reacción de Schlesser, se confundieron y todo termino con el McLaren de Senna fuera de carrera, dándole toda la pista a Gerhard Berger que entra en la Parabólica por última vez con  Michele Alboreto en sus espejos, Monza se volvió loca y ahogo en una celebración agridulce.

Unos días antes de llegar a Monza, un siempre bromista, Gerhard Berger, pregunto ¿si gano en Monza, me puedo quedar con el auto? Ante un si, Gerhard arribo a Monza con un remolque para llevarse su coche, en teoría parte de la broma, lo que no sabía que se iría ese mismo domingo, no solo habiéndole dado una merecida despedida a Enzo, pero con un recuerdo que ocupaba todo el tráiler.

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