jueves, 27 de marzo de 2014

Steve Mc Queen



Hasta el principio de los 60s, las estrellas de Hollywood eran los héroes admirados de fantasías de las revistas, solo se dejaban ver cuando era necesario y no existía una demanda por cada detalle, acción o movimiento de estas, como tal, muchas veces esto les permitía moverse con naturalidad, acercarse a gente, entablar amistades que realmente significaban algo y no que venían a cambio de un acceso a estas, no sería hasta que Los Beatles convirtieran el mundo en una locura, en que todo cambiaria, que se comenzaría el acecho 24 horas al dia y las persecuciones, los cuatro de Liverpool, fueron los primeros privilegiados en recibir esa constante persecución y su sentido del humor les hizo no solo  ideales para este primer paso en la exposición permanente sino que también reflejaba de alguna forma, los cambios culturales y el nuevo mundo de las comunicaciones que avanzaban para explotar cada figura por medio de la comercialización, los intereses individuales de muchas de estas estrellas ya tenían los días contados .

El fotógrafo Barry Feinstein gustaba de las motocicletas y por medio de Bud Ekins, quien modificaba algunas de las usadas por Steve Mc Queen, logro entablar una relación especial con el actor, Mc Queen era un hombre simple, de comienzos humildes y problemáticos, nunca olvidaría sus pasos por entidades juveniles y generalmente sus demandas en contratos incluían cosas un tanto radicales como ropa, artículos de aseos común, en cantidades generosas que el propio actor se encargaba de llevar a los centros donde había pasado parte de su juventud y donde se pondría en contacto con jóvenes a los que trataría de ayudar con consejos, la amistad con Feinstein era en varios niveles, pero ante nada y sin palabra de por medio, McQueen sabía que podía confiar en el fotógrafo y este a su vez comprendía que debía respetar ciertos espacios, de ahí surgieron viajes en motos por el desierto y un acceso a los primeros pasos del actor en las carreras.

                                                                       Lotus Eleven


Sus primeros eventos serian en un Lotus Eleven y en filmación en Inglaterra adquiría un Cooper  Formula Junior T52 en 1960, comenzaría a conseguir buenos resultados en SCCA hasta que el estudio de alguna manera trataría de impedir sus excursiones a las carreras, en 1961 finalizaría tercero en un evento del British Touring Car  en Brands Hatch, los estudios le dejarían un tanto alejado de carreras más importantes, pero esto no le impediría sus escapadas a eventos menores y competencias de Motos en el desierto como Baja 1000, para fines de los 60s ya con mejor control de su tiempo libre, retornaría a algunos eventos más importantes y lograría ganar la clase de 3 litros en 1970 de las 12 horas de Sebring, en un Porsche 908 con Peter Revson, McQueen debió manejar con un yeso en su pie debido a un accidente de motos,  perdería la victoria total por 23 segundos contra Mario Andretti en una Ferrari de 5 litros, en 1968 había realizado una de las películas más emblemáticas de su carrera, Bullit, con una persecución de coches que ha sido imitada, copiada en infinidad de ocasiones y que aumentaría la popularidad del ya popular Mustang.

                                                                      Cooper T52

Durante el rodaje, McQueen  llamaría a su amigo fotógrafo para que hiciera fotos personales del rodaje, le instalaría en un hotel de San Francisco donde pasarían buen tiempo conversando y permitiría que Feinstein le capturara en momentos alejados del rodaje y hasta durante la legendaria persecución, luego vendrían otras grandes producciones como Le Mans, pero Feinstein supo siempre mantener ese trato de  confianza de las imágenes que el actor le permitía tomar en todo momento, para el actor eran momentos, recuerdos que el debería decidir cuándo compartir y a quien mostrar, lo que no cambiaría por el resto de su carrera seria el negociar por artículos de uso común en cantidades, jeans, afeitadoras, toallas y estas llegarían siempre de su mano como forma de gratitud a aquellos que le ayudaron durante una parte delicada de su juventud, también le servían de pretexto para ponerse a disposición de quienes quisieran escuchar sus consejos.

El amor por las carreras no desapareció pero su aumento en fama le puso en otras prioridades, a través de todo, de la imagen, de la leyenda, del mito en que se convirtió, Steve Mc Queen siempre fue una persona simple con un profundo amor por las maquinas, su sinceridad y humildad siempre le ganaron la amistad y admiración de aquellos con los que trabajo y conoció en esos proyectos, también el respeto de pilotos que le conocieron de cerca.

 Porsche 908




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