viernes, 21 de marzo de 2014

Joakim Bonnier



Su familia era de origen francés, Jo Bonnier fue siempre un miembro distinguido de la fraternidad de la fórmula 1, alto de Buena presencia, hablaba varios lenguajes, desde una temprana edad se mudó a Suiza en parte por motivos fiscales, poniendo a trabajar a su favor el dinero heredado de su familia quien poseía varios diarios en Suecia , así también como una de las casas de publicación más importantes, por momentos Jo Bonnier parecía estar entre dos mundos, en pista había quien le definían con en medio de generaciones, muy rápido para ser todo un gentleman racer pero lento para ser un profesional.

Los records o estadísticas pocas veces dejan claro la calidad de un piloto, muchas veces siempre se gravita hacia los logros, los campeonatos, a veces esto provoca que muchos queden como una simple línea, un competidor más, puede ser que Bonnier no tuviera todas las cualidades de un campeón o que simplemente no fuera lo suficientemente bueno, de una cosa no hay duda, Jo Bonnier era uno que creía en la vieja escuela y a veces esa pre disposición a ser muy amable le puso en desventaja, pero principalmente para él, corría de la manera que él creía conveniente y no se engañaba a sí mismo, sabia reconocer sus limitaciones.

Esto no le impidió tener su momento de gloria aunque fuera breve,  dicho episodio tuvo lugar en Zandvoort en 1959, tomando no solo pole position, pero también la victoria, la semana previa al evento, BRM había enviado los coches al padre de Stirling Moss para unas pruebas de rendimiento, BRM era por momentos mucha promesa pero no llegaban los resultados y esto estaba llevando los límites de la paciencia en el equipo a comenzar a aceptar que simplemente el proyecto nunca daría frutos, Stirling había conseguido unos tiempos que causaban vergüenza para el resto, incluyendo a Bonnier, de alguna manera para el piloto sueco había solo una manera de contra restar esa vergüenza durante las pruebas, debía conseguir un buen resultado en la carrera a la semana siguiente en Zandvoort, Bonnier hizo su trabajo y se mantuvo en contención, cuando todos anticipaban que el BRM rompería como lo hacía siempre, Jo comenzó a ser más cuidadoso, tomaba sus curvas con mas precaución y aceleraba con cuidado, casi todos , incluso la propia gente de BRM , creía escuchar ruidos, anticipando ese abandono al que estaban tan acostumbrados, Bonnier no solo mantuvo la calma en todo momento, como si estuviera planeado, en la última vuelta pareció que demoraba demasiado, todos mirando hacia el comienzo de la recta y finalmente emergió el BRM  de Jo Bonnier quien le saco a toda velocidad, calculando que si el coche rompía en ese momento, el momento le llevaría a cruzar la línea y conseguir esa victoria.

Pasaría dos temporadas en Porsche donde era evidente que estaba a la sombra de el gran Dan Gurney, pero Jo era valioso en varios aspectos para los equipos, fuera del coche también contribuía y era cuando dejaba claro que no era un simple piloto, tal vez no material de leyenda pero alguien que podía perfectamente complementar el trabajo de un equipo, ayudaría en dar forma a la Asociación de Pilotos, mientras Stewart trabajaba en su lado, Bonnier, un diplomático por naturaleza junto con Graham Hill, se encargaban de convencer, llevar las conversaciones por momentos tan agónicas, por los rumbos adecuados, no siempre con buen resultado, pero Bonnier fue fundamental en hablarles de igual a igual no solo a sus rivales de pista, pero ser elocuente en las conversaciones con organizadores y políticos.

Entre sus grandes logros están ganar la Targa Florio en 1960 y 1963, en 1962 conseguiría un triunfo en las 12 horas de Sebring, con Graham Hill conseguiría un segundo puesto en las 24 horas de Le Mans de 1964 y un primer puesto en las 12 horas de Reims del mismo año, en 1966 con Phil Hill ganaría los 1000 kms de Nurburgring en un Chaparral, entre sus últimos triunfos estarían los 100kms de Barcelona en  Montjuic 1971 con Ronnie Peterson y las 4 horas de Le Mans de 1972.

Poco tiempo después de retirarse de F1, perecía en un accidente en las 24 horas de Le Mans de 1972, su LOLA entro en un innecesario contacto con una Ferrari Daytona conducida por un total amateur, la Ferrari se movió repentinamente a su camino, el contacto lo saco de pista de forma violenta, catapultándolo por sobre los árboles y estrellándose a unos 30 metros de la pista, Vic Elford sería uno de los primeros en llegar y se detuvo a asistir, “ parecía como un helicóptero entre los árboles, fue horrible, luego de continuar y entregar mi coche, la caja rompió, creo que fue la única vez que realmente me sentí contento de que se rompiera el coche”, es posible que el mundo no llorara la perdida de Jo Bonnier, pero sin duda que la fraternidad de la fórmula uno perdió a una de sus más populares figuras dentro y fuera de pista, Graham Hill lo pondría de una forma más clara, “para muchos murió uno más, pero para nosotros, hoy perdimos un amigo”.

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