lunes, 17 de agosto de 2015

Spa -Francorchamps: un circuito sin par




Majestuoso, esa sería una de las pocas palabras que hacen justicia a este magnífico circuito Belga, junto con el Legendario Nurburgring, es uno de los circuitos más populares y respetados, las competencias en la zona de los Ardennes se remontan hasta 1896, a principios del siglo pasado, en 1902, algunas zonas eran cerradas para realizar varios eventos, pero sería durante los años 20 que en el Hotel Des Bruyeres, en varias reuniones entre  el manager del diario ”La Meuse” Jules de Thier con el presidente de la comisión de deportes del Royal Automobile Club Belgium (RACB) Henri Langlois Van Ophem, decidieron tomar  ventaja de un triángulo que formaban los caminos que unían Malmedy, Stavelot y Francorchamps, convirtiéndolo en un circuito de carreras.

La zona y sus alrededores parecían ser perfectos para tener un evento, con todo listo para Agosto de 1921, la carrera fue abandonada por falta de competidores, eventualmente las motos tomarían posesión del circuito entre 1922 y 24, durante este último año se organizaría las primeras 24 Horas de Francorchamps, Springel-Becquet sería el triunfador, tan solo un año después que Le Mans y en 1925 la primera carrera de coches internacional, el Gran Premio de Europa fue ganada por Antonio Ascari en un Alfa, el primer gran premio de Bélgica se disputaría en 1930.


  
Para 1939 se construyó una nueva curva (Raidillon) con vistas a convertirlo en un circuito más rápido,  eliminando así el desvió que se hacia la izquierda en la entrada de Eau Rouge, en lo que se llamaba L’Ancienne Douanne, una horquilla lenta que no terminaba de convencer, desde entonces la impresionante Eau Rouge estaría conectada  a la no menos rápida y demandante Raidillon, pasaría a ser parte del folclore, temida y respetada por los pilotos debido a su naturaleza, los Belgas en general se refieren como Raidillon en Eau Rouge, una pequeña cañada en frente de Raidillon da nombre a Eau Rouge, los minerales en las aguas le dan una apariencia rojiza y de ahí deriva su nombre.


Con el paso del tiempo, el circuito se estableció como uno de los principales atractivos de la temporada, el trazado ofrecía un gran reto a los pilotos y la meteorología de la zona, hacia que las carreras frecuentemente tuvieran elementos de sorpresa por los cambios climáticos que en ocasiones no afectaban al largo del circuito de forma uniforme, la superficie era irregular en varias áreas, era angosta con poco margen al error, al mismo tiempo que era un circuito veloz donde el piloto debía extraer lo máximo de si y de su máquina.

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