En 2014
la f1 retornaba a Austria luego de una ausencia de 10 años que muchos
consideraron demasiado larga, en general el gran premio contaba con una buena
organización y para los fans siempre era una de las mejores opciones a
entretenimiento de la temporada, en su retorno, el gran premio vendió las
localidades en 36 horas, pero no todo fue tan sencillo.
Dentro
de los nuevos requerimientos estaban los problemas con límites de sonido, la
nueva fórmula dio un gran paso en solventar ese inconveniente y el gran premio
fue un éxito para pilotos y público en general, el volver a Austria siempre
trae consigo los recuerdos del fantástico Osterreichring, el actual circuito
denominado Red Bull Ring, utiliza parte del trazado y aunque el circuito perdió
mucha de su veloz naturaleza ante las demandas modernas, el escenario en el que
se desarrollan los acontecimientos sigue siendo esplendoroso a pesar de que en
cierta forma el circuito ya no sea el
mismo.
El
antiguo circuito quedo de lado para fines de los 80s, cuando las velocidades lo
estaban convirtiendo en algo peligroso, junto con Silverstone, eran
considerados los circuitos más veloces de la época y a los cuales había que
encontrarles una solución para reducir sus velocidades, Silverstone logro
sobrevivir, pero el Osterreichring paso al olvido por una década, hasta que reapareció
en el calendario en 1997, en el mismo suelo, en un trazado más reducido y un
cambio de carácter, Jacques Villeneuve seria el triunfador en su retorno al
calendario y Michael Schumacher el último en 2003, cuando el circuito realizo
su último gran premio antes de nuevamente quedar fuera del calendario, el
circuito rápidamente cayó en un estado de abandono que para muchos significaba
el fin .
Con el
aumento en interés por parte de Red Bull, su dueño Mateschitz, quien nació y creció
en las zonas cercanas, decidió restaurar el circuito y mucha de la estructura a
su alrededor, casas, hoteles incluidos, por un buen tiempo su plan era
restaurar el circuito a su forma original del Osterreichring, pero problemas de
zonas, políticos y de medio ambiente le impedían hacer cualquier progreso, un
nuevo plan emano, donde se proponía el recuperar una parte del trazado que se
incorporaba al trazado usado durante 1997-2003, este último circuito en general
estaba en los planes, pero la idea era tratar de recuperar cuanto más fuera
posible del trazado original, posiblemente creando una pista con varios
trazados, pero nuevamente se tropezó con límites, políticos y esto
prácticamente puso fin a esa idea, Mateschitz debía conformarse con restaurar
el circuito que aún estaba trazado y olvidarse de recuperar el viejo,
fantástico circuito llamado Osterreichring.
A pesar
de deber conceder en parte de su sueño, el propietario de Red Bull hizo un
trabajo magnifico en la organización, ofreciendo una enorme cantidad de
opciones de entretenimiento fuera de pista que tenían en cuenta diversos
intereses y edades, se trató de cuidar cada detalle, el tráfico fue controlado
de forma ejemplar y el resultado fue magnifico, mostrando que con un poco de
apoyo, los viejos, anticuados circuitos europeos como a veces les denominan,
pueden aportar al deporte mucho más de lo que piensan esas personas que solo
miran por intereses y dinero de otros, el titulo gran premio es tan importante
como el asfalto en el que se desarrollan las batallas, Austria mostro que esas
viejas líneas asfaltadas, son parte
esencial de la fórmula 1, son parte de su historia y gestionadas
apropiadamente, aún tienen mucha vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario