lunes, 15 de diciembre de 2014

De adelante hacia atrás



Gran parte de la segunda mitad de la década de los cincuenta, las carreras habían sido disputadas con regulaciones que limitaban la capacidad de los motores a 2.5 litros, la gran parte de ese mismo periodo había sido comandado por coches con motores delanteros, Ferrari, Mercedes, Maserati y Vanwall, todos capaces de producir maquinas ganadoras, para 1958 nuevas regulaciones ponina algunos limites que influirían en el diseño de los coches de forma fundamental.

Con vistas a reducir las distancias de los grandes premios de 500 a 300 kms, las nuevas regulaciones impulsaban cambios de combustibles basados en alcohol a combustibles de aviación o el comúnmente referido como AvGas, la duración de los eventos también quería ser reducida de 3 a 2 horas, los cambios en el combustible reducían la potencia pero ayudaban con el mejor consumo, esto suponía que con las reducciones de distancia, los coches debían llevar consigo menores cantidades de combustible, abriendo así la puerta a diseños de coches más reducidos y  ligeros, Cooper seria uno de los primeros en aprovechar esos cambios al máximo.

Cooper tenía una exitosa fábrica de coches para formulas junior y f2, basados en el concepto de motores traseros Coventry-Climax, su diseño ofrecía mejor distribución de peso con un mejor manejo en comparación con la competencia que seguía usando los convencionales coches con motor delantero, a pesar de los beneficios, los coches de motor delantero seguían probando ser triunfadores en f1, pero Cooper seguiría perfeccionando su concepto y rápidamente para fines de la década quedo claro que era el camino a seguir.

El concepto no era nada nuevo y había visto participación en los años 20 con el Tropenwagen y en los 30, notablemente con el Auto Union, para muchos la asociación era que los coches con esa disposición eran difíciles de manejar, Cooper tomo nota de esos coches, las geniales bestias de los años 30, pero su nuevo concepto no tenía tanta relación con esos titanes de antes de la guerra, era una nueva forma de pensar el chasis y sacar provecho de motores más pequeños con chasis más livianos que parecían no perder demasiado con los que poseían motores más potentes, los Auto Union habían probado de ser difíciles de controlar pero por otras razones además de las enormes unidades de motor, en el manejo, rápidamente quedo en evidencia que los Cooper ofrecían una muy buena alternativa al pensamiento convencional, los neumáticos habían avanzado y Cooper tenía muy poco en común con los Auto Union quienes parecían ser pensados más en base a fuerza bruta que al delicado y frágil aspecto que los coches de Coventry mostraban, los campeonatos conseguidos por Cooper para fines de la década dio el golpe final al cambio.

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