El trabajo de piloto de grandes premios requiere
de 3 horas de dura lucha en algunos días, este trabajo lo sitúa en una frágil máquina
que lo transporta a más de 200 kph, con su cabeza siendo empujada por los
rugientes caballos de fuerza que gritan desde su motor, el auto en si es
liviano, en general poco más de 500 kgs, no mucho más ancho que el piloto mismo
y construido de aluminio para ahorrar peso, la cubierta de esa armazón de metal
liviano es de fibra de vidrio, la cual no es muy resistente y fácilmente se
rompe en contacto al igual que su pasajero que es de naturaleza frágil.
Si el piloto es un Jim Clark, Graham Hill u
otro semejante, compite en 9 o 10 carreras oficiales anuales por el campeonato más
un numero de eventos que pueden llegar a totalizar de 30 a 40, si está
contratado a un equipo o fabricante, recibe una pequeña cantidad para ser el
representante oficial del equipo, la mayoría de sus ingresos vendrán del dinero
de admisión pagado por los organizadores ( aproximadamente 2000 dólares por
coche en eventos mayores), esta cantidad
es dividida al 50% con el equipo, el premio por ganar que generalmente no
supera los 3000 dólares, también es dividido de la misma manera.
Su trabajo en el circuito comienza con las
practicas, pueden ser desde el jueves y se continúan el viernes y sábado, con
el domingo siendo el día de la carrera, los pilotos de grandes premios son un
número reducido en comparación con otros, se podría decir que aproximadamente
20 pilotos se pueden llamar a sí mismos pilotos de grandes premios, físicamente
son fuertes en las manos y brazos, pero más que nada es su fortaleza
mental la que los separa de los demás, una
carrera generalmente dura tres horas, lo que las hacen un evento físico y
mental que demanda concentración, disciplina y entrenamiento como en cualquier
otro deporte.
A pesar de que
muchos vienen de deportes como Graham Hill del remo, Stirling Moss de saltos
ecuestres, a pocos de ellos les interesan los deportes de equipo, es el reto
individual lo que persiguen, es de notar que siendo un deporte, las carreras
son el único que pone en riesgo la vida vuelta tras vuelta, muchas veces el
contacto es inevitable, las consecuencias pueden ser diversas, desde un simple
toque que no genera más que un retiro a un trágico final que hasta puede
incluir a los espectadores, como sea, ningún piloto pone en peligro a otro de
manera deliberada, sus vidas están en las manos de sus rivales y compañeros y
ellos lo saben, pero todos son en general profesionales y responsables que
disfrutan de su trabajo, la gran mayoría aunque no lo reconoce, no disfruta de
las sesiones de pruebas fuera de la competición, no reciben paga por ello y
ante sus ojos es otra oportunidad de tener un accidente gratuitamente, en
realidad prefieren la competencia, sin embargo todos son conscientes de que de
tiempo en tiempo se pueden encontrar fuera de la pista y algún accidente
siempre es posible, de encontrarse en una situación de accidente, creen que si
actúan rápidamente pueden limitar las lesiones e incluso el abandono, en
ocasiones se espera que el piloto ignore dolores y lastimaduras.
El ser piloto de grandes premios es difícil y
peligroso, solo pocos son capaces de hacerlo en una forma regular, algunos
tienen mucha confianza en la maquinaria que conducen, otros en sí mismo,
algunos ya empiezan a permitir los pensamientos de una vida más allá de las
carreras y consideran que ya no deberían
poner sus vidas en riesgo, otros después de haber estado en accidentes comienzan
a ser más cuidadosos y tratan de encontrar unos límites más seguros dentro de sí
mismos, hay casos como Tony Brooks, ganaría 5 grandes premios en catorce meses,
al casarse y nacer su hija, su mente comenzó a buscar una manera más segura de
seguir practicando el deporte, aceptaría un coche menos competitivo pensando
que en él, no debería de arriesgar tanto, cuando se dio cuenta que los riesgos
serían los mismos decidió retirarse.
Los pilotos provienen de distintos lugares y
su introducción al deporte es muy diversa, Bruce McLaren caería de un caballo
cuando estaba en la escuela, debería pasar dos años en hospitales y médicos,
una pierna sanaría más corta que la otra, su padre en un afán de hacerlo
olvidar de estas circunstancias decidió ponerlo a competir en coches, probaría
ser muy bueno y al cumplir 19 años se lo enviaría a Inglaterra para que probara
en coches más rápidos, para sus 22 terminaría segundo en el campeonato.
Gran parte del peligro relacionado con las
carreras es directamente proporcionado por los circuitos, a fines de los 50 y
principios de los 60, la gran mayoría de las carreras eran caminos públicos o
en circuitos como Nurburgring, hecho con la idea de reproducir los caminos
públicos y sus retos, dentro de una zona más controlada o menos publica, lo que
esto significaba era que aquel o aquellos que se salieran de pista, lo cual era
inevitable en muchos casos, chocarían contra algo sólido, un poste de teléfono,
árboles o incluso una casa, los afortunados en evitar los objetos sólidos,
seguramente encontrarían, zanjas, ríos, precipicios o con alambres de púas que
mantenían al ganado fuera de los caminos en zonas que eran en su mayoría de
granjas.
El manejar en esos circuitos a tales
velocidades no solo requería de la bravura del piloto, también demandaba entrega total, los circuitos eran tan letales
como hermosos y no había margen para errores, en vidas se pagaría con un alto
precio, el deporte entonces era distinto, el mundo también y los pilotos
pagaban un precio muy distinto, como un ejemplo, el gran premio de Monaco de
1958 seria disputado el 18 de Mayo con 16 entrantes, 8 meses más tarde, cuatro
habrían muerto y poco tiempo después otros cuatro sufrirían la misma suerte, la
práctica común en el periodismo de la
época era el limitar los comentarios de accidentes fatales a una o dos líneas y
las muertes violentas de algunos de los héroes eran tratadas de una manera un
tanto indiferente .
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