Cuando
Jacques Villeneuve arribo a la f1 en
1996, sorprendió a muchos de los miembros del equipo Williams al declarar que
mucha de su familiarización con los circuitos del calendario la había realizado
por medio de juegos de video y pc, el concepto ya tenía algunos ingenieros que
estudiaban las posibilidades, pero que aun creían que la tecnología no estaba
lo suficientemente desarrollada como para realizar un trabajo aceptable en
otras áreas para aplicarla a la f1, el potencial era evidente, aunque el foco
estaba centrado en la simulación de aviación como la posible base .
Durante
la siguiente década la tecnología evolucionaba rápidamente, en un principio se
desarrollaron los programas y aplicaciones básicas, por medio de plataformas
fijas, los resultados no eran mayormente importantes para los equipos, pero era
un paso en busca a soluciones, las asociaciones con empresas de software y
equipamiento de computación se hizo más íntimo, el problema principal se
centraba en reproducir las fuerzas sin dar al piloto mensajes confusos, al
igual que con los avances en CFD, se necesitaba que la tecnología madurara y
que el coste lo hiciera viable.
Con la
ayuda de muchas empresas que tenían programas de simulación aérea y que empleaban
plataformas que pueden ofrecer seis grados de movimiento, los equipos formaron
alianzas que rápidamente movieron la tecnología, refinaron sus funciones; Con
los recortes en pruebas, tiempo en pista, era evidente que la simulación
tomaría un papel más importante y en poco tiempo casi todos los equipos poseían
programas de simulación que permitían de alguna forma recuperar el tiempo
perdido en pista.
Para
principios del siglo XXI, los continuos avances , hacían los procesadores más
potentes, capaces y pequeños, algo que tenía un impacto en los requerimientos
de espacio y como crear estos simuladores, las plataformas se veían también
beneficiadas en los avances para dar respuestas de reacción que cada vez se
acercaban más a lo que los equipos precisaban para simular la realidad, los
proyectos no eran baratos pero los beneficios justificaban el desarrollo de los
mismos, incluso hoy es un proceso que sigue avanzando, tanto fabricantes como
equipos, reconocen que los simuladores no son exactos, aun incapaces de
reproducir todas las fuerzas y mensajes que un coche real pueda dar al piloto
para realizar su trabajo, pero las distancias van disminuyendo y mucha de las
faltas son sustituidas por efectos de percepción que hacen que el piloto genere
una cierta imagen propia, que acorta distancias entre simulación y realidad.
Entre
muchos de los trucos que los simuladores usan está el enviar mensajes al piloto
para que este asuma que movimientos están ocurriendo, inicialmente moviéndose
de forma que el piloto percibe aceleración y luego utilizando ligeros
movimientos que hacen que el cerebro interprete como fuerzas sobre el cuerpo y
el coche, a su vez ligeros movimientos verticales simulan el viajar sobre la
pista , estos aumentando en frecuencia a medida que la velocidad va
incrementando, el sonido ayuda en la inmersión e interpretación del piloto así
como las fuerzas que el piloto recibe por el volante, básicamente estimulando
los sentidos para generar la ilusión,
las plataformas se mueven en tres direcciones de forma ligera para así recrear la
sensación de las curvas o chicanas, frenado, durante todo este proceso la data
del coche en pista y el piloto ayudan a calibrar los movimientos de forma que
se asemejen a la realidad, algo que en los simuladores que se exponen al público
no necesitan, ya que el público general no tiene sus sentidos tan agudizados
como un piloto.
En
tiempos recientes, trabajos más específicos se consiguen con estudios que
tratan de focalizar los mensajes que el cerebro precisa y como los procesa, nuevos
avances en sensores ayudan a dar una imagen más completa, los programas de
software que se utilizan incorporan también actuadores de presión en el asiento
y sensores de tensión que actúan sobre los cinturones que le envían mensajes al
piloto de lo que está ocurriendo, los coches a través de su data introducen la
vibración de acuerdo a la data de cada circuito así como los fabricantes de
neumáticos aportan la data necesaria para complementar la que poseen los
equipos.
Al igual que el
coche real, el simulador está continuamente en un estado de desarrollo, de
evolución, con cada nuevo paso de la tecnología, se da un nuevo paso en sus capacidades,
los simuladores poseen limites en el trabajo que pueden reproducir, pero dan
una plataforma que puede repetir las mismas exactas condiciones (aunque no sean
las reales) desde donde los equipos pueden realizar muchas comparaciones, hoy
día los simuladores son en gran parte diseñados por los equipos al cual
integran todos sus sistemas de manera muy personal, generalmente mucho trabajo
se debe de realizar en el feedback de la dirección que en la mayoría de los
casos es casi de un 100%, a pesar de los gastos que requieren y de
mantenimiento, son una herramienta fundamental en el trabajo que todo el equipo
puede realizar, es una muy buena opción al trasladar a un grupo de mecánicos e
ingenieros a un circuito donde las condiciones son variables, estando fuera del
control de los equipos, no es una solución perfecta pero hay poco que pueda
negar las ventajas que aportan a un deporte que está en continua búsqueda por
nuevas tecnologías y es insaciable en cuanto a información.
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