El mundo
de la fórmula 1 es uno que opera al
borde de constantes problemas, en lo tecnológico, donde generalmente se encuentran
soluciones muy creativas, pero también camina
por una fina línea financiera y política.
Ferrari
es continuamente nombrado como el ejemplo más claro en cuanto a la política, prácticamente
desde su fundación, Enzo lanzo amenazas de abandonar el deporte para conseguir
sus objetivos, pero no era ni es el único y en la actualidad no es tan
diferente, aunque no siempre salen los nombres a la luz o quedan escondidos con
otras maniobras.
Red
Bull fue uno de los primeros que comenzó a hablar de los posibles problemas
cuando se proponían estas nuevas regulaciones, la fórmula 1 claramente sigue
ciclos y luego del dominio de Red Bull, ahora es el turno de Mercedes, algo que
a veces las regulaciones y política de las decisiones pierden de vista, estos
ciclos pueden llegar a afectar de forma muy adversa el poder de comerciar de la
f1, limita su poder de influencia en atraer nuevos inversores, condicionando
sus atractivos, en tiempos recientes, la f1 se ha convertido un experto en
dispararse una y otra vez en su propio pie.
Con continuas
restricciones en las regulaciones que en general carecen de sentido, limitan la
creatividad y siguen impulsando gastos, varios equipos llevan tiempo
proponiendo un cambio general para dar un giro al deporte, se propusieron
cambios para 2017, aumentar potencia, el ancho de los coches, neumáticos, pero
nuevamente la falta de acuerdos o la política, prácticamente paralizo todo, Red
Bull es el último de los equipos que comienza a contemplar sus opciones de
futuro en la f1, a pesar que el equipo aún es muy capaz de conseguir atraer inversores
y sigue siendo muy popular, pero en
varios aspectos el equipo, al igual que otros, están poco conformes en como la
imagen de la f1 se está manejando y encuentran dificultad en justificar los
gastos que demanda para posibles nuevas inversiones que no siempre es
directamente con los equipos.
Los ciclos
de equipos no es siempre algo malo y no es culpa de los equipos solamente, cada
uno trabaja para conseguir sus objetivos y es en sus rivales donde está gran
parte de la responsabilidad en limitar esos ciclos o hacerlo todo más
competitivo, pero como suele suceder, todo es muy complicado y los equipos también
contribuyen en la complicación o falta de respuestas, forzando a que las
decisiones lleguen por medio de restricciones o parches que luego crean otros
problemas, Red Bull está comprometido hasta el 2020 con la f1, pero es evidente
que la situación económica que quedo evidente en la grilla en Melbourne, preparando
otra temporada de argumentos con poca solución.
Que Red
Bull levante la voz en cuanto a su futuro no es algo nuevo, de alguna forma es
poner presión sobre un problema que se llama Renault, el fabricante francés dice
ya tener un plan de soluciones y la contratación de Illien es una noticia
positiva, pero Renault también está contemplando adquirir una presencia
mayor y se rumorea que Toro Rosso sería la escudería que adquiriría para
lograr aumentar su presencia, si decide seguir adelante en sus planes, el
problema hoy en día se refleja en una segunda temporada donde ya muchos
anticipaban que no acortarían gran distancia con Mercedes y en realidad la
misma aumento de momento, con restricciones en aumento en cuanto a las PU, los
equipos usaron ya una considerable parte de sus tokens sin mucho resultado y
esto podría poner una enorme barrera en la recuperación o nivel de competencia
por un tiempo considerable y esto es algo que en algunos aspectos la f1 como
deporte no se puede permitir, sino quiere seguir perdiendo peso en su poder de comercialización,
el penalizar a quien hizo sus deberes no es solución tampoco, las soluciones
son posibles siempre y cuando todos pongan de su parte, pero en ese apartado la
f1 sigue tropezando consigo misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario