A principio de
los años 80, existían numerosos encuentros entre los equipos y la FIA tratando
de encontrar una forma de controlar las velocidades que iban en aumento, desde
la introducción de los alerones en 1968, las velocidades en curva habían
incrementado de forma notable, las medidas de seguridad entonces miraban a los
circuitos por respuestas y los coches no parecían recibir mucha atención, con
los efectos suelos las velocidades seguían aumentando pero existía una cierta noción
de que las medidas de seguridad que se venían adoptando durante los 70s, eran
suficientes, hacían su trabajo, en general no se creía necesario el seguir
analizando las posibilidades o controlar algo que en términos generales debía
de ser arriesgado.
Los 80s
introducían nuevas tecnologías que rápidamente daban más velocidad a los
coches, Colin Chapman entre otros, discutían con la FIA como poner un control
sobre las velocidades en curva, aunque ambos lados de la discusión tenían de
cierta forma la misma idea, el encontrar un acuerdo probaría ser muy difícil,
varios de los directores de equipo entre los que se encontraba Chapman, creían que
se debía reducir el tamaño de los neumáticos, si se reducía el área de contacto
se podía poner un control sobre las velocidades, del otro lado se encontraba la
FIA y varios asesores como Paul Frere, quienes pensaban que ese no era el
camino más adecuado, era una medida pero no la solución.
Varios estudios
se pusieron en marcha para tratar de comprender que hacer, pero nuevamente los
argumentos eran eternos, los desacuerdos triunfaban, con lo que todo seguía
igual, hasta que se comenzaba otra discusión siempre con el mismo resultado, no
había acuerdos y ambos lados parecían tener razón, las temporadas seguían
avanzando y hasta parecía existir una convicción de que si no habían más
accidentes fatales, era que el deporte no debía de jugar con cambios en ese
momento, los riesgos serian imposible de erradicar, la mentalidad no tan
publica de que el deporte era de riesgo triunfaba, ya no era aceptado
abiertamente, pero seguía la idea de la aceptación de que las cosas eran como
eran.
Generalmente
hablando, la temporada de 1994 es recordada por la tragedia de Imola y varios
incidentes serios durante la misma, en aquel entonces , Max Mosley como
presidente de la FIA debió enfrentarse a la situación, la tragedia era la
oportunidad de proponer cambios, controlar la situación sin recibir demasiada
resistencia, el deporte atravesaba un momento duro, sumamente delicado y habían
muchos que pedían explicaciones, el impacto de lo sucedido en Imola seguía muy
presente cuando en Mónaco, Karl Wendlinger tiene un accidente que casi le
cuesta la vida, dejándolo en coma, pero poniendo a toda la familia de la f1 en
un estado de preocupación, las voces comenzaron a hacerse sentir desde todos
los sitios, se precisaban respuestas, se necesitaban soluciones.
Con la fórmula 1
perdiendo a su líder más carismático, el piloto estrella un día después que
otro piloto perdía su vida y el joven
Rubens Barrichello había estado muy cerca de sumarse a las fatalidades, el
accidente de Wendlinger volvió a traer la preocupación al rostro del deporte,
los auspiciantes comenzaban a poner presión, no dispuestos a tolerar el estar
asociados con este tipo de situaciones, algunos fabricantes también comenzaban
a hacerse preguntas, Max Mosley debería dar un paso al frente, pública y
privadamente, debió de hablar con todos los involucrados desde todos los
puntos, ejerció control ante la situación para calmar los ánimos, también sabía
que era el momento justo de poner en práctica numerosas ideas que en los
últimos tiempos nunca habían encontrado acuerdo, este era el momento ideal para
que todos pusieran más de sí en encontrar una solución.
La respuesta a
los accidentes y las fatalidades no serían tan solo los numerosos cambios y
medidas que se tomaron durante la temporada, Mosley empujo por mas, la
reducción de velocidad en el pit lane, el control del suelo de los coches, ayudaba
a de momento ganar tiempo en controlar todo de una forma más efectiva pero
temporal, Mosley formo un comité de seguridad nombrando al profesor Syd Watkins
como director de la misma, en las discusiones previas entre Mosley y Watkins,
el presidente de la FIA había hablado de mirar a los accidentes y la seguridad
de las carreras desde un punto de vista más científico, para poder así
comprender mejor las situaciones y encontrar soluciones acordes a lo que ocurría,
algunos de los integrantes de la comisión seguían intentando mirarlo desde un
punto de vista más mecánico o de ingeniería, Watkins se encargaría de
mostrarles que no era tan simple, otros aspectos en que los equipos podían
contribuir serian de fundamental peso en la investigación.
Varios estudios
comenzaron a acumular data sobre
accidentes, en competencias de todo tipo pero también de carretera, los
estudios mostraron que en general poco se había realizado desde 1974 y la gran
mayoría de las medidas estaban fuera de sincronización con la tecnología
empleada, los coches eran más rápidos en curva pero también la construcción de
los mismos no tenía muy en cuenta algunos aspectos en caso de accidentes, el
trabajo de la comisión se enfocó en poner a las medidas de seguridad al día,
consultar a los constructores en cómo se podían realizar algunos aspectos y
también desde un punto de vista médico, como proteger mejor a los frágiles
cuerpos de los pilotos en caso de impactos, la gran mayoría de los resultados
fueron aceptados sin oposición, la comisión siguió trabajando de forma
constante para asegurarse que todos los involucrados formaran parte de los
cambios, aportaran ideas y contribuyeran de forma directa.
Muchos de
aquellos que formaron parte de las discusiones, admitirían que habían fallado
en como enfocaban sus ideas, mirando a todo de forma individual en vez de
mirarlo como algo compacto, las nuevas medidas que emergían de la comisión
tenían lógica, daban un paso adelante aunque habían quienes pensaban que por
momentos eran exageradas, otros estudios les convencieron, el deporte ya no
toleraba ni podía darse el lujo de tolerar ciertas cosas y eso se veía
reflejado en como reaccionaba la sociedad, los fanáticos, los auspiciantes y
hasta algunos dirigentes políticos, la temporada de 1994 será siempre recordada
por las tragedias, las perdidas, pero también como la que dio un paso adelante
y se enfrentó a las dificultades, se unió para trabajar en ellas y salió más
reforzada por el bien común de todos.
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