Durante
el transcurso del fin de semana de un gran premio, los equipos y sus asociados
en el departamento de combustibles y lubricación, están en continua comunicación
y control de los productos empleados, un laboratorio les acompaña para poder
realizar pruebas en todo momento, estas pruebas se preocupan por controlar la
eficiencia y trabajo de sus productos, a la vez que buscan posibles problemas o
soluciones, contaminación e incluso detectar alguna posible mal función que
podría llevar a problemas en el funcionamiento del coche, las regulaciones
imponen una estricta medida de control
sobre la legalidad de los combustibles y lubricantes empleados, por lo que
estos laboratorios sobre ruedas cumplen una función muy importante.
A lo
largo de un fin de semana, los ingenieros que trabajan en estos laboratorios
analizan más de 30 muestras, a la vez que el organismo técnico de la FIA puede
solicitar en cualquier momento, muestras para su propio análisis, las muestras
son colocadas en sistemas de destilación que se encarga de descomponer o
separar al combustible en sus diversos componentes químicos, que forman una
especie de huella particular a cada muestra, una comparación con la muestra
original debe mostrar que está dentro de los parámetros que posee la FIA,
indicando que el combustible o lubricante es legal, durante los análisis las
muestras son sometidas a distintas pruebas para detectar algún tipo de
variación, contaminante o partícula que podría alterar la huella en relación
con la muestra base, cualquier tipo de variación por pequeña que sea o a pesar
de estar dentro de las tolerancias, es analizada al detalle para saber su
procedencia o como llego a ese estado, algo que en el proceso también podría
indicar un posible problema en los sistemas del coche.
Un
ejemplo claro es cuando los mecánicos trabajan con varios componentes y por un
descuido mínimo, se introduce un agente, que a pesar de ser legal no debería
estar en ciertas zonas o fluidos, una pequeña cantidad de grasa en los guantes
de un mecánico, casi invisible a la
vista, podría fácilmente contaminar o introducirse en un área donde no debería
estar presente, creando la posible situación de descalificación, de ahí que los
equipos están continuamente enviando muestras a sus laboratorios y se trata de
mantener continuo control, cuando se trabaja en determinadas zonas del coche,
una diminuta cantidad de grasa que entra al sistema de combustible, puede
significar a la vez, una enorme pérdida
de tiempo al deber de limpiarse todo el sistema como prevención de una posible
multa o descalificación, en general los controles más estrictos están en el
combustible.
Los
lubricantes por su parte también son controlados y analizados de forma
constante, a pesar de que los requerimientos de regulación son menos estrictos
en este apartado, para los equipos es de vital importancia, ya que los análisis
de esos lubricantes pueden ayudar a identificar posibles problemas, los aceites
son generalmente quemados por medio de una corriente eléctrica enviada por
medio de una barra de grafito, mientras el aceite comienza a arder, los
distintos componentes presentes en el aceite se queman a distintas
temperaturas, permitiendo que por sistemas ópticos se cree una impresión que
permite ver con claridad la consistencia del lubricante, así como la presencia
de agentes ajenos a la mezcla, lo que podría indicar algún problema en el
motor, a través del tiempo se construye una librería de resultados que ayudan a
predecir la vida de los componentes internos y la presencia de ciertas
partículas a medida que las unidades van acumulando uso, el punto crítico del
fin de semana es generalmente entre la última practica y la clasificación, es
durante este tiempo que el equipo y el proveedor de combustible y lubricantes,
tienen una última oportunidad de anticipar problemas, realizar algún cambio que
no les signifique multas, pérdidas de tiempo no contempladas o descalificación.
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