Un
dicho popular proclama que en tiempos desesperados, desesperadas medidas son
necesarias, esta es una clara descripción de la situación de la f1 y una que
refleja que a veces en esa desesperación se adoptan medidas que poco ayudan o
simplemente son una solución artificial y momentánea que se transforma como
algo permanente, que no soluciona nada y genera otros problemas.
La gran
mayoría de los problemas de la fórmula 1 están anclados en modelos económicos y
planeamiento de eventos que son antiguos, reflejan poco de la cultura actual y
como el mundo consume, observa o se involucra, los problemas financieros que
aquejan como el deporte es organizado y como se dividen sus ganancias solo
agudizan la situación, los famosos bonus que algunos reciben o que se
distribuyen con poca contemplación por los demás, siguen creando enormes
disparidades en algo en que todos los actores son necesarios para poder ofrecer
un show que sea atractivo y de ahí se ramifican muchos otros problemas que
llevan a la caída de interés en la f1 de un 30% y creciendo, en los últimos 5
años.
En
Malasia, Bernie Ecclestone se reunió con los directores de equipos para hacer
una propuesta o más bien un pedido, que todos pusieran sobre la mesa ideas de cómo
mejorar el show, sin contemplaciones de si eran viables o no, el objetivo es
tener cuantas más ideas sean posible y luego crear un plan que incluya lo que
para todos sea necesario para mejorar audiencias, espectáculo y de paso las
ganancias.
La
caída de interés en las audiencias y espectadores en los eventos afectan al
deporte en muchas formas, los auspiciantes no ven el retorno por su inversión y
esto lleva a una falta de interés en involucrarse en lo que muchos ya
consideran algo demasiado caro y exclusivo, esto también afecta que los que aún
están dispuestos a formar parte del show no estén dispuestos a ofrecer las
cantidades astronómicas del pasado y esto
afecta directamente la economía de los equipos o su capacidad de producción,
respuesta , desarrollo; La situación de varios de los competidores es ya
conocida, pero una que se sigue obviando desde la cúpula superior, que parece
seguir empeñada en solo mirar por los intereses de unos pocos, a pesar de que
es preocupante ver una grilla como Melbourne, donde quedaba en evidencia que de
no reaccionarse a esta situación, hay peligro de perder el poco control que aún
queda en el deporte.
En
principio del encuentro en Malasia se sacaron algunas conclusiones positivas,
pero las mismas historias se viene escuchando desde hace mucho tiempo y a la
hora de reaccionar no sucede nada concreto, se crea otro parche mágico para
crear una sensación de competitividad que no existe en muchos aspectos,
haciendo que el deporte se vuelva en algo artificial, mucha de la
competitividad de la que se habla en supuestas grandes carreras de los últimos
años, se deben en casi su totalidad a que Pirelli fue puesta a cargo de crear
un neumático que mezclara las cosas, pero al menos es una solución algo mejor
que seguir utilizando DRS que no deja de ser una medida artificial, donde se
penaliza a quien está delante para crear un adelantamiento, los pilotos quedan
en muchos casos limitados en su capacidad de crear magia desde su toque al
volante y deben adherirse a una estrategia
que se decidió en los pits la noche anterior.
Al
igual que los coches y sus limitaciones técnicas, el deporte se empeña en poner
eventos en lugares que poco aportan a los fans del deporte, tienen poca
relación y su único mérito por estar en el campeonato es pagar por encima de lo
que pueden circuitos que en general poseen el trazado y conexión con el deporte,
que tienen mucho más sentido, nadie se opone a que se busque ganar más dinero o
exploren mercados nuevos, pero todo debe encontrar un balance que no trate de
borrar el pasado, la historia y desfigure un campeonato que en muchos aspectos
solo tiene el título, lo demás parece un circo turístico con poco sentido.
Es
cierto que muchos circuitos clásicos son anticuados en la comparación a las
obras faraónicas de hoy en día, pero mucho ofrecen esas arenas que permitían a
los pilotos ejercer su talento y a la vez ser el continuo vinculo al ilustre
pasado del deporte, algo que en este caso parece importarle muy poco a no solo
la f1 como organización, sino a la FIA que debería de preservar algo de
integridad en un campeonato que ignora su pasado una y otra vez, solo sacándolo
a relucir para hacer dinero cuando le conviene, cuando sería mucho más
beneficioso para todos, el usarlo como el atractivo principal para seguir
atrayendo fans nuevos y viejos.
Si se
quiere seguir ofreciendo un show digno, las cosas deben de cambiar de forma muy
substancial a todos los niveles, se debe abrir los ojos a la realidad actual,
utilizar las nuevas tecnologías para crear el vínculo e interés y dejar de lado
las medidas a medias que solo crean confusión, el deporte es complejo pero no
necesita de serlo más de lo necesario, los fans y en particular las nuevas
generaciones, disponen de una atención reducida y quieren captar lo que ven de
forma rápida e íntima, no quieren encender la televisión para deber sentarse
con un libro a su lado para poder comprender la mitad de lo que está sucediendo
en pista, esa complejidad les aísla, hace extremadamente caro el deporte y va
eliminando las conexiones con equipos que no pueden sobrevivir a un deporte que
a veces ya no parece de carreras, las medidas no deben contemplar el penalizar
a aquellos que hacen bien su trabajo, sino el facilitar la competitividad a
todos por igual, las diferencias deben de existir pero siempre permitiendo competir,
muchas veces no hay que hacerse la pregunta de si lo que se planea es
necesario, sino si es lo correcto.