Gran
parte de la segunda mitad de la década de los cincuenta, las carreras habían
sido disputadas con regulaciones que limitaban la capacidad de los motores a
2.5 litros, la gran parte de ese mismo periodo había sido comandado por coches
con motores delanteros, Ferrari, Mercedes, Maserati y Vanwall, todos capaces de
producir maquinas ganadoras, para 1958 nuevas regulaciones ponina algunos
limites que influirían en el diseño de los coches de forma fundamental.
Con
vistas a reducir las distancias de los grandes premios de 500 a 300 kms, las
nuevas regulaciones impulsaban cambios de combustibles basados en alcohol a
combustibles de aviación o el comúnmente referido como AvGas, la duración de
los eventos también quería ser reducida de 3 a 2 horas, los cambios en el
combustible reducían la potencia pero ayudaban con el mejor consumo, esto
suponía que con las reducciones de distancia, los coches debían llevar consigo
menores cantidades de combustible, abriendo así la puerta a diseños de coches más
reducidos y ligeros, Cooper seria uno de
los primeros en aprovechar esos cambios al máximo.
Cooper tenía
una exitosa fábrica de coches para formulas junior y f2, basados en el concepto
de motores traseros Coventry-Climax, su diseño ofrecía mejor distribución de
peso con un mejor manejo en comparación con la competencia que seguía usando
los convencionales coches con motor delantero, a pesar de los beneficios, los
coches de motor delantero seguían probando ser triunfadores en f1, pero Cooper seguiría
perfeccionando su concepto y rápidamente para fines de la década quedo claro
que era el camino a seguir.
El
concepto no era nada nuevo y había visto participación en los años 20 con el
Tropenwagen y en los 30, notablemente con el Auto Union, para muchos la
asociación era que los coches con esa disposición eran difíciles de manejar,
Cooper tomo nota de esos coches, las geniales bestias de los años 30, pero su
nuevo concepto no tenía tanta relación con esos titanes de antes de la guerra,
era una nueva forma de pensar el chasis y sacar provecho de motores más
pequeños con chasis más livianos que parecían no perder demasiado con los que
poseían motores más potentes, los Auto Union habían probado de ser difíciles de
controlar pero por otras razones además de las enormes unidades de motor, en el
manejo, rápidamente quedo en evidencia que los Cooper ofrecían una muy buena
alternativa al pensamiento convencional, los neumáticos habían avanzado y
Cooper tenía muy poco en común con los Auto Union quienes parecían ser pensados
más en base a fuerza bruta que al delicado y frágil aspecto que los coches de
Coventry mostraban, los campeonatos conseguidos por Cooper para fines de la década
dio el golpe final al cambio.
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