viernes, 12 de junio de 2015

Austria, el paraíso en las montañas



En 2014 la f1 retornaba a Austria luego de una ausencia de 10 años que muchos consideraron demasiado larga, en general el gran premio contaba con una buena organización y para los fans siempre era una de las mejores opciones a entretenimiento de la temporada, en su retorno, el gran premio vendió las localidades en 36 horas, pero no todo fue tan sencillo.

Dentro de los nuevos requerimientos estaban los problemas con límites de sonido, la nueva fórmula dio un gran paso en solventar ese inconveniente y el gran premio fue un éxito para pilotos y público en general, el volver a Austria siempre trae consigo los recuerdos del fantástico Osterreichring, el actual circuito denominado Red Bull Ring, utiliza parte del trazado y aunque el circuito perdió mucha de su veloz naturaleza ante las demandas modernas, el escenario en el que se desarrollan los acontecimientos sigue siendo esplendoroso a pesar de que en cierta forma  el circuito ya no sea el mismo.

El antiguo circuito quedo de lado para fines de los 80s, cuando las velocidades lo estaban convirtiendo en algo peligroso, junto con Silverstone, eran considerados los circuitos más veloces de la época y a los cuales había que encontrarles una solución para reducir sus velocidades, Silverstone logro sobrevivir, pero el Osterreichring paso al olvido por una década, hasta que reapareció en el calendario en 1997, en el mismo suelo, en un trazado más reducido y un cambio de carácter, Jacques Villeneuve seria el triunfador en su retorno al calendario y Michael Schumacher el último en 2003, cuando el circuito realizo su último gran premio antes de nuevamente quedar fuera del calendario, el circuito rápidamente cayó en un estado de abandono que para muchos significaba el fin .

Con el aumento en interés por parte de Red Bull, su dueño Mateschitz, quien nació y creció en las zonas cercanas, decidió restaurar el circuito y mucha de la estructura a su alrededor, casas, hoteles incluidos, por un buen tiempo su plan era restaurar el circuito a su forma original del Osterreichring, pero problemas de zonas, políticos y de medio ambiente le impedían hacer cualquier progreso, un nuevo plan emano, donde se proponía el recuperar una parte del trazado que se incorporaba al trazado usado durante 1997-2003, este último circuito en general estaba en los planes, pero la idea era tratar de recuperar cuanto más fuera posible del trazado original, posiblemente creando una pista con varios trazados, pero nuevamente se tropezó con límites, políticos y esto prácticamente puso fin a esa idea, Mateschitz debía conformarse con restaurar el circuito que aún estaba trazado y olvidarse de recuperar el viejo, fantástico circuito llamado Osterreichring.

A pesar de deber conceder en parte de su sueño, el propietario de Red Bull hizo un trabajo magnifico en la organización, ofreciendo una enorme cantidad de opciones de entretenimiento fuera de pista que tenían en cuenta diversos intereses y edades, se trató de cuidar cada detalle, el tráfico fue controlado de forma ejemplar y el resultado fue magnifico, mostrando que con un poco de apoyo, los viejos, anticuados circuitos europeos como a veces les denominan, pueden aportar al deporte mucho más de lo que piensan esas personas que solo miran por intereses y dinero de otros, el titulo gran premio es tan importante como el asfalto en el que se desarrollan las batallas, Austria mostro que esas viejas  líneas asfaltadas, son parte esencial de la fórmula 1, son parte de su historia y gestionadas apropiadamente, aún tienen mucha vida.

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